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12/06/2020

La protección de la piel en la “nueva normalidad”

Salir a la calle fotoprotegidos, una de las principales medidas para prevenir las quemaduras de la piel, tras meses de confinamiento. La exposición a la radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo de de los tumores cutáneos.

Tras más de dos meses confinados, tenemos un mayor riesgo de sufrir quemaduras provocadas por el sol, ya que nuestra piel está menos acostumbrada a la luz ultravioleta y por ello es todavía más recomendable tomar las precauciones necesarias, proteger la piel y emplear cremas protectoras”.

Así lo ha manifestado la Dra. Mariela Salazar, médica especialista en Vigilancia de la Salud de Unión de Mutuas, con motivo del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, que se celebra mañana, y cuyo objetivo es informar y concienciar a la población sobre esta enfermedad y la importancia de prevenir los tumores cutáneos.

Según la OMS el cáncer de piel es la forma más frecuente de cáncer en todo el mundo. En España anualmente se diagnostican más de 78.000 nuevos casos, de los que el 95% (75.00 afectados) son cáncer de piel no melanoma, y el 5% (4.000 afectados) son casos de cáncer melanoma.

Con el lema Protege tu piel, Unión de Mutuas se une a este día mundial reforzando la prevención y estimulando la protección frente a la radiación ultravioleta con la divulgación de una serie de medidas que hay que tener en cuenta siempre, pero que este año, coincidiendo con el fin del confinamiento, es necesario extremar. Así, la Mutua ha editado y puesto a disposición de empresas mutualistas, trabajadores protegidos y adheridos, diverso material, cartelería, infografía y fichas informativas donde explica las medidas claves para prevenir el cáncer de piel.

Dado que la desescalada está coincidiendo con los meses de más sol, la Dra. Salazar ha hecho un llamamiento para que en la “en la nueva normalidad, no olvidemos el uso de las mascarillas pero tampoco olvidemos ponernos la protección solar”.

El principal factor de riesgo para el cáncer de piel –melanoma o no melanoma– es la radiación solar, concretamente la radiación ultravioleta (UV). Si bien el 5% de los cánceres de piel son melanomas, este tipo de tumor, por su capacidad de generar metástasis es más agresivo, peligroso y el responsable de aproximadamente el 90% de las muertes producidas por el cáncer de piel en todo el mundo.

En este sentido, la médica especialista ha señalado que después de tantos días en casa y puesto que hay que activar la síntesis de la vitamina D, basta con “una exposición al sol moderada de brazos o piernas durante 20-30 minutos al día”, además de incorporar en la dieta alimentos ricos en vitamina D, “como salmón, atún, caballa, lácteos o aguacate”.

Asimismo, entre las principales medidas a seguir, la Dra. Salazar ha destacado evitar la exposición al sol, al menos entre las 11:00 y las 16:00 horas, resguardarse a la sombra, vestir ropa protectora, usar factor de protección SPF 30 ó 50, así como utilizar gafas de sol cerradas a los lados que den una protección contra las radiaciones ultravioleta A y B.

También, para un diagnósitico precoz, aconseja la autoexpoloración de la piel atendiendo, especialmente a la A de asimetría de los lunares o manchas de la piel; B de bordes irregulares; C del color, D de diámetro, y E de evolución, es decir, controlar cambios en la lesión.

Alteración de la piel por el uso de mascarillas, en la nueva normalidad

También respecto a la nueva normalidad con la progresiva incorporación a los puestos de trabajo y la obligatoriedad de llevar mascarilla, la especialista de Unión de Mutuas ha señalado que el sudor y la fricción de las mascarillas pueden provocar daños por presión en diferentes puntos de la cara, como nariz, mejillas u orejas. Como resultado pueden darse erosiones en la piel y conducir a una posible infección. Por lo tanto, antes de ponerse la mascarilla, es recomendable “aplicar en los puntos de presión ó roce una crema barrera un rato antes”.

Además, el uso de mascarillas favorece la deshidratación por la escasa ventilación, y la humedad retenida hace que el poro se dilate y que el agua transepidérmica se escape. Ésta elevada humedad junto con la saliva retenida en el interior de la mascarilla favorece el crecimiento de microorganismos, con lo que pueden aparecer o agravarse patologías como acné, rosácea ó psoriasis, ha concluido la especialista.