¡Naturalízate!

El medioambiente está en peligro. Consumimos muchos más recursos de los que el planeta puede reponer y, además, estamos contaminándolo en el proceso. Es ahora más importante que nunca tomarnos en serio su cuidado. Hay muchas pequeñas acciones que podemos llevar a cabo.

Podemos ayudar a nuestro planeta de dos formas principales: una de ellas es en nuestro día a día, modificando, transformando o adquiriendo nuevas costumbres que para nosotras y nosotros no requieren demasiado esfuerzo, pero que suponen una enorme ayuda para el entorno.

¿Qué podemos hacer para mejorar?

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Energía

El proceso de transformación y producción de energía conlleva un consumo de recursos naturales y, en consecuencia, provoca un impacto en el medioambiente.

Mantén la temperatura del termostato de aire acondicionado:

> Invierno: no superior a 21 °C
> Verano: no inferior a 26 °C

El consumo aumenta entre un 6% y un 20% por cada 1 °C de sobrecalefacción.

  • No manipules el termostato del aire acondicionado para intentar subir/bajar más rápido la temperatura de la sala; no se consigue nada.
  • Aprovecha convenientemente la inercia térmica de las instalaciones, apagando la calefacción y la climatización, como mínimo, una hora antes de abandonar la estancia.
  • Incorpora sistemas de aislamiento, como, por ejemplo, ventanas con doble cristal, burletes en los marcos de las ventanas…
  • Aprovecha la luz natural, en la medida de lo posible.
  • En invierno, apaga la calefacción por la noche y por la mañana, y no la enciendas hasta después de haber ventilado la casa y haber cerrado las ventanas. Para ventilar completamente una habitación es suficiente con abrir las ventanas alrededor de 10 minutos: no se necesita más tiempo para renovar el aire.
  • Es conveniente purgar el aire de los radiadores al menos una vez al año, al inicio de la temporada de calefacción.
  • Reduce el nivel de iluminación artificial dentro de lo posible. Adecua el número de luminarias a la sala, eliminando o desconectando las innecesarias. Recuerda que es conveniente realizar la limpieza de las luminarias.
  • Vigila el apagado de las luces innecesarias, especialmente en aseos, despachos sin uso o zonas con buena iluminación natural.
  • Apaga el ordenador siempre que no vayas a utilizarlo en, como mínimo, media hora.
  • Compra electrodomésticos con etiquetado energético de clase A+ y A++.
  • No introduzcas alimentos calientes en el frigorífico: si se dejan enfriar fuera, se ahorrará energía.
  • Al sacar un alimento del congelador para consumirlo al día siguiente, descongélalo en el compartimiento de refrigerados en vez de en el exterior; de este modo, obtendrás ganancias gratuitas de frío.
  • Aprovecha al máximo la capacidad de la lavadora/lavavajillas y procura que trabajen siempre a carga completa.
  • Evita dejar conectados electrodomésticos y aparatos con consumo en “stand by” o modo de espera, ya que pueden consumir hasta un 15% de lo que consumirían en condiciones normales de funcionamiento.

Sustituye las bombillas incandescentes por lámparas LED.

Agua

A pesar de que el agua parezca un recurso infinito, ya que un 80% de la superficie de la Tierra está cubierta por ella, solo un 3% de esta cantidad es agua dulce, por lo que es importantísimo no desperdiciarla. Por ejemplo, un grifo abierto derrocha de 5 a 10 litros cada minuto y el simple goteo significa una pérdida de 100 litros de agua al mes.

  • Dúchate en vez de bañarte. La ducha consume 4 veces menos agua que el baño.
  • Cierra los grifos cuando no utilices el agua. Cada minuto que pasa con un grifo abierto se derrochan entre 5 y 10 litros de agua.
  • Emplea reductores de caudal y grifos monomando.
  • Asegúrate de que no existen fugas en la instalación: un grifo que gotea, un inodoro que pierde agua, etc.
  • Comprueba regularmente la lectura del contador. Instala grifos monomando y reductores de caudal.
  • Reduce el volumen de agua de la cisterna del inodoro colocando una botella llena de agua.
  • No utilices el inodoro como papelera.

Utiliza el agua de cocer los alimentos o el agua sobrante de la secadora para regar las plantas.

Papel

El papel puede elaborarse a partir de madera, de papel ya utilizado o de una mezcla de los dos. Además, para su fabricación se pueden seguir procesos más o menos sostenibles. Dependiendo de esto, tendremos diferentes tipos de papel. El papel reciclado es aquel que proviene de papel ya utilizado. El papel ecológico es aquel en cuya fabricación se han tenido en cuenta criterios sostenibles, como, por ejemplo, el consumo eléctrico o de agua derivado de la producción de papel.

Debes tener en cuenta

  • No todo el papel es reciclable. El papel autocopiativo, las etiquetas adhesivas, los cartones de bebidas, el papel encerado o parafinado no lo son.
  • No por ser más blanco el papel es mejor. De hecho, cuanto más blanco es el papel, más cansada es la lectura sobre él.

Consejos prácticos:

  • Adquiere impresoras que se puedan configurar para imprimir en las dos caras.
  • Imprime por las dos caras y evita escribir a dos o más espacios.
  • Utiliza hojas de 70 g/m2 en lugar de las de 90 g/m2.
  • Adquiere papel que proceda de bosques gestionados con criterios sostenibles y con el mayor porcentaje de fibra reciclada posible.
  • Utiliza el papel impreso por una cara para imprimir documentos de uso personal.
  • Para borradores o presentaciones tipo PowerPoint imprime 2 páginas por hoja.
  • No imprimas documentos innecesarios. Puedes guardar las copias en el disco duro del ordenador.
  • Utiliza medios informáticos para enviar documentación y evita el fax y el correo. Deposita el papel en los contenedores azules.

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Transporte

Los medios de transporte son los principales responsables del consumo de petróleo, de la contaminación y del aumento de CO2 en la atmósfera. Por cada litro de gasolina se emiten a la atmósfera 2,157 kg de CO2, y por cada litro de gasóleo se emiten 2,49 kg de CO2.

Consejos prácticos:

  • Utiliza el transporte público siempre que sea posible. Si no es posible, habla con los compañeros o las compañeras que vivan por tu zona para compartir el coche para ir al trabajo.
  • Mantén los neumáticos a la presión adecuada. Una falta de 0.3 bares en la presión de los neumáticos aumenta el consumo de combustible en un 3%.
  • Utiliza los portaequipajes solo cuando sea necesario.
  • Evita la conducción agresiva, ya que los acelerones y frenazos bruscos dan lugar a un mayor consumo de combustible y a la emisión de más gases.
  • Utiliza la bicicleta o ve a pie para desplazamientos inferiores a 2 km.
  • Utiliza el freno motor para reducir la velocidad en la aproximación, por ejemplo, a un semáforo en rojo.
  • Reduce el uso de la climatización cuando conduces por ciudad (50 km/h). Los vehículos equipados con aire acondicionado pueden incrementar un 25% el consumo.

Economía circular. Regla de las 7R

ECONOMÍA CIRCULAR

La economía circular es un nuevo modelo que pretende reducir la entrada de materiales vírgenes y reducción de desechos en la fabricación de productos.

Este modelo rompe con la idea de la economía lineal: producir, usar y tirar.

Aboga por la optimización de los recursos y residuos para alargar la vida útil de estos. Para la economía circular es básica la regla de la 7R.

 

MEJORAR LA GESTIÓN DE NUESTROS RESIDUOS: REGLA DE LAS 7R

La regla de las 7R es una ampliación de la regla de las 3R. Consiste en 7 palabras que empiezan por R que son acciones básicas para avanzar hacia un modelo de economía circular.

REDISEÑAR: introducir desde el inicio del diseño del producto, no solo conceptos de funcionalidad, sino conceptos ecológicos y sostenibles. Por ejemplo, introducir en el diseño de los productos materiales con menor impacto ambiental, fáciles de reutilizar, y no solo en lo que se refiere al producto en sí, sino también en relación con el envase con el que se van a comercializar.

REDUCIR: consumir solo aquello que sea necesario, de manera que no solo reduzcamos el consumo de materias con las que se fabrican los productos, sino que también reduzcamos la generación de residuos.

REUTILIZAR: darles un segundo uso a aquellos productos que no sirven para el uso para el que estaban pensados originalmente. De esta manera evitamos que se generen como residuo.

REPARAR: cuando un producto se avería y deja de funcionar, repararlo antes de sustituirlo por uno nuevo es esencial para dejar de producir residuos.

RENOVAR: actualizar aquellos productos viejos que tenemos por casa y que no utilizamos por el mero hecho de ser viejos y volver a utilizarlos para la función para la que fueron creados.

RECUPERAR: recoger los materiales que ya han sido utilizados y volver a introducirlos como materia prima en el proceso productivo. De esta manera, no solo reduces residuos, sino que reduces el consumo de materia prima también.

RECICLAR: cuando ya no se pueda aplicar ninguna de las 6 “erres” anteriores a un producto o material, solo podemos reciclarlo. Para ello es básico realizar una correcta segregación de residuos y depositarlos en el contenedor adecuado.

Material de apoyo