La innovación es un importante estímulo para el desarrollo de nuevos conocimientos. Las organizaciones valoran sus secretos empresariales tanto como los derechos de propiedad industrial e intelectual y utilizan la confidencialidad como una herramienta de gestión de la competitividad empresarial. Las entidades innovadoras están cada vez más expuestas a prácticas desleales que persiguen la apropiación indebida de secretos empresariales.
La falta de instrumentos jurídicos eficaces para la protección del secreto empresarial causa que la innovación y la creatividad se vean desincentivadas y que disminuya la inversión.
Es necesario que la competitividad esté protegida de manera adecuada, y mejorar las condiciones y el marco para el desarrollo y la explotación de la innovación y la transferencia de conocimientos en el mercado.
La Ley 1/2019, de 20 de febrero, de Secretos Empresariales, entra en vigor el 13 de marzo y será de aplicación para la protección de cualesquiera secretos empresariales, con independencia de la fecha en que se hubiera adquirido legítimamente la titularidad sobre ellos.
Puedes consultar el BOE o el resumen del mismo.